sábado, 9 de julio de 2016

Revelaciones

Los personajes utilizados pertenece a Masashi Kishimoto así cómo todo a Naruto se refiere, la historia me pertenece.
Esta historia la escribo sin fines de lucro única y exclusivamente por mi amor a la lectura y escritura y más que nada para todos ustedes.

Revelaciones


Con el maletín en manos entré con total silencio al palacio, recorrí los pasillos cuidando de no ser vista y finalmente llegué a mi habitación.
Me quité la máscara y comencé a sacar las cosas del maletín. Las acomodé en mi escritorio y fui a darme una ducha rápida para quitarme el sudor y mal olor producto de mi escape nocturno.
Cuando terminé me puse un vestido cómodo y tomé el libro grande del escritorio y me senté en el suelo. Tomé un candelabro de mano y encendí algunas velas, arrastré un sillón pequeño y acomodé el libro grande sobre él.
Saqué los papeles y comencé a leer.
Bitácora del capitán Feng
Día 167 del año 36
Los avances en la fabricación de armas han dado un buen resultado para las arcas de la villa, nuestro crecimiento ha sido emergente gracias a esto. Las continuas guerras entre villas aledañas han traído buenos resultados económicos gracias a las ventas de armas fabricadas.
El soberano está satisfecho.
Interesante, comencé a leer otra de las hojas que había traído conmigo pero decía casi lo mismo. Tomé otras más que contenían la misma información pero con diferentes fechas hasta que una llamó mi atención. Estaba medio arrugado y la caligrafía muy austera, como si quien lo escribió lo hubiere hecho muy rápido y sin cuidado.
Día 277
Semana 40
Año 38 -89
Han ocurrido disturbios muy cerca a los límites de nuestra villa. Estamos en estado de alerta, las personas han sido entrenadas en caso de evacuación. Tenemos un buen arsenal en caso de ataque.
Hemos enviado mensajeros y espías al lugar de los hechos.
No hemos tenido informes.
Tomé otro papel
Día 140
Semana 20
Año 39 -226
Tres doncellas han desaparecido. No tenemos rastro de ellas. Han pasado ya 229 días y no han vuelto los mensajeros, no tenemos noticias de los espías y sin embargo los disturbios que ocurrieron en ese momento no han vuelto a ocurrir.
No sabemos qué está pasando, la hija del soberano tiene ataques de insomnio. Asegura que algo terrible ocurrirá a la villa. Tememos, nunca se equivoca.
Los siguientes papeles hablaban de lo mismo, muchas doncellas y niñas desaparecían con el paso de los meses, conforme avanzaba mi lectura notaba que las desapariciones se daban ahora con más frecuencia pasando de meses a semanas y de semanas a días. Todas ellas rondaban entre los quince y dieciocho años.
Día –
Semana –
Año – -
Estamos en problemas, nos están atacando, no podemos verlos.
Estado de emergencia. Que el que arriba está, nos proteja.
Día—3
Seman—4
Añ— -6
Todos están muertos.
Estoy muriendo.
Contuve el aliento, ¿era verdad lo que acababa de leer? Tragué saliva y solté una gran cantidad de aire. ¿Qué significaban esos últimos números? Por lo que leí pude identificar varias fechas, Kankuro me había enseñado cómo, pero los últimos no los entendía. Tomé el último pedazo de papel que había leído, leí de nuevo y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
Todos están muertos.
Estoy muriendo.
Me mordí el labio y guardé todas las hojas dentro del enorme libro que también había traído conmigo, me levanté y mis rodillas crujieron de dolor por la incómoda posición en la que estuvieron sometidas por varios minutos. Ignoré el crujido y guardé el libro debajo del escritorio, dentro de uno de los baúles que guardaban cosas de mi propiedad.
Tomé el candelabro de mano y lo dejé sobre la mesita de noche que estaba al lado de mi cama. Me solté el cabello y sentí otro escalofrío recorrer mi espalda. Esa frase seguía en mi subconsciente. Me metí entre las sábanas e intenté dormir.
Al día siguiente tomé el desayuno con Sakura e Ino, al parecer mi hermano se nos había adelantado y se disculpó por no poder acompañarnos. El desayuno transcurrió demasiado callado para mi gusto.
Ustedes dos—ambas dieron un brinco en sus asientos, sus caras se pusieron blancas como papel—¿Van a decirme por qué están tan calladas hoy? Normalmente hablan hasta por los codos. No estoy quejándome, es una simple observación ¿están molestas conmigo por lo que hicimos ayer?
Ambas negaron.
¿Entonces? A qué se debe este silencio y sus evasivas miradas hacia mí
No es nada, Temari—Sakura levantó la cara—Es sólo que no queremos volver a salir contigo.
O relacionarnos contigo—Ino no me miró.
Vaya... —abrí bien los ojos—¿Puedo saber por qué?
Nada en especial—la rubia jugaba con su comida—solo lo decidimos y ya.
¿Sakura?—la chica se estremeció—Esta bien, si eso es lo que quieren, no les molestaré más. Pero esa no es una buena razón para dejarme tirada así.
¡Es que fue tu culpa!—Ino se levantó del asiento—Es por tu culpa que no queremos estar cerca de ti.
Ino, sabes que esto no es así—Sakura también se levantó.
Las tres olvidamos por completo el desayuno.
¡Cállate frentona! ¡Sabes tan bien como yo que si ella nos hubiera hecho caso nada de esto nos estaría pasando!—el rostro de Ino estaba cada vez más pálido.
Cuando me miró, sus ojos estaban rojos, algo hinchados como si hubiera estado llorando. Fue ahí que la observé bien, llevaba un vestido simple y cómodo color azul, sus guantes blancos yacían en la mesa, su cabello estaba recogido en un peinado alto y su cuello estaba adornado por una mascada blanca de una tela ligera y fresca, lo cubría muy bien.
¡Ino! ¡Ya basta! ¡Temari no tiene la culpa!
¿Se puede saber de qué están hablando?
Las tres nos giramos ante la autoritaria voz femenina. Su majestad la reina hacía su aparición por la puerta entrando a la sala con autoridad y elegancia, su rostro parecía molesto. Al instante las tres nos inclinamos.
¿Qué alboroto tienen, señoritas? Les informo que sus gritos llegan hasta los pasillos de la corte—las tres nos inclínanos dando disculpas—¿Por qué tanto alboroto?
Lo siento, se debe a mí—respondí—He causado unos incidentes en su ausencia, lo lamento.
Temari, explícame a que te refieres, por favor—la reina estaba molesta, muy molesta. No me atrevía a mirarla, no deseaba enfadarla más mostrando una falta de respeto como esa.
Ayer cause un alboroto—respondí—Mi falta de responsabilidad fue tal que involucre a Lady Sakura y también a Lady InoHa sido culpa mía y el motivo de esta riña era precisamente ese.
¿Tan grave fue?—su rostro molesto cambió a uno preocupado.
Me temo que sí y me disculpo por ello.
Aceptamos las disculpas—Sakura se inclinó—No debería tomarse la molestia, Ino se alteró, es todo.
Espero que no se vuelva a repetir—la reina me tomó de la mano—Acompáñame. Por cierto, espero que los preparativos que les encargué a ustedes dos estén listos.
Ambas saltaron en su lugar y asintieron frenéticamente.
Muy bien, planeo que ambas se conviertan en excelentes duquesas en un futuro. Nos retiramos, señoritas.
Caminamos por los pasillos y llegamos a una sala grande y muy iluminada. Entramos
La reina tomó asiento y me senté frente a ella como así lo indicaba, hizo una señal y el joven sirviente le llevó un paquete el cual apenas entregó se retiró del salón.
Tenemos un asunto que hablar—suspiró la mujer mayor—creo que a estas alturas ya estas enterada de lo que está sucediendo en el sur.
Asentí.
Vamos cariño, levanta la cara. Ya has pedido disculpas.
Sigo avergonzada por el incidente.
Olvídalo ya, por favor—tomó el paquete y lo abrió quitando las cintas y el papel café que lo envolvía. Saco de su interior un libro antiguo.
¿Cómo fue su reunión con el Emperador?—me mordí el labio—¿mi padre estuvo presente?
La reunión fue tensa pero no problemática, se habló de muchos temas y al final se llegó a una solución para terminar con las revueltas en el sur. Es cuestión de días o semanas para que estas terminen—me miró y sonrió—Ha sido tu padre, precisamente, quien ha dado muy buenas estrategias y estas se han llevado a cabo por órdenes del Emperador quien le dio visto bueno.
Ya veo, él no se ha comunicado conmigo—el disgusto y la molestia estaban llenando mi cuerpo—Mi hermano está aquí.
Oh, el joven príncipe heredero, Kankuro—sonrió—Hace tiempo que no le veo ¿Dónde estará?
Salió esta mañana, no sé a dónde—gruñí—. Al parecer mi padre le ha pegado ese mal hábito de no avisar a dónde va.
Bueno, Shikamaru me envió correspondencia—presté atención—Al parecer volverá pronto.
Sonreí con la noticia.
Tenemos que ver los preparativos para tu enlace—tragué aire—hablé con tu padre en la Cumbre de los Reyes. Tenía entendido que regresarías a Suna para despedirte del reino y regresar con tus cosas por completo, en mi caso fue así, pero tu padre tiene otros planes.
¿Qué? —presté más atención—¿Qué clase de planes?
Enviará a varios sirvientes con tus pertenencias para que no vuelvas a hacer el viaje hasta allá. Lo considera innecesario y peligroso—su mirada se posó en mi—Y yo estoy de acuerdo con ello, no estás en tiempos para viajar, mejor dicho no estamos para arriesgarnos y salir solas.
Entiendo—torcí la boca.
No debemos salir a menos que sea necesario ¿de acuerdo?
Asentí.
Así que nada de salir a cabalgar sin compañía de la guardia, ¿entendido? —la miré asombrada—Cariño, los guardias deben informarme todo, todo lo que ocurrió en mi ausencia, así que nada de salir sin la guardia ¿entendido?
Entendido—me puse colorada.
La reina soltó una risita y volvió a centrar su mirada en el libro viejo que sostenía.
Bueno cariño, tengo que retirarme—nos levantamos—Tengo unas cuantas cosas que leer.
Disculpe, ¿eso es información sobre los eventos que ocurren en el sur? —miré el libro con curiosidad.
¿Qué? ¿Esto? —levantó el libro—Oh, ¡Claro que no! —comenzó a reír nerviosa—Es una antigua novela y este tomo no está disponible en muchos lugares, he estado esperando mucho para tenerlo en mis manos—su risa nerviosa me contagió y comencé a reír con ella.
Le dejaré leer entonces.
Nos veremos más tarde.
Salí al jardín y me quedé sentada un rato en la banca de mármol que estaba bajo la sombra de un grande y hermoso árbol de sauce, el aire estaba frescoel clima no había mejorado mucho pues los días nublados seguían y el sol no parecía dar muestras de vida. El clima en Konoha era muy fresco y soportable, Suna en cambio es muy árido.
Levanté la mirada hacia el castillo y noté que Ino me miraba por una de las ventanas, su delicada mano reposaba en su cuello cubierto por aquella mascada blanca, me miraba con indiferencia pero en su mirada noté un recelo. Se apartó de la ventana y no pude evitar sentir incomodidad ante su actitud. Por alguna razón sentía que lo que me había dicho Kankuro tenía que ver con su extraña actitud.
El aire meció las ramas del sauce haciendo que se movieran como hermosas cortinas verdes. Me gustaba ese color, toda la naturaleza en si que podría estar viendo por horas todo su esplendor y belleza. Me dedique a observar el hermoso rosal de pétalos blancos que adornaba el troco de sauce.
¿Temari?
Giré la cabeza y me encontré con Sakura, el vestido color coral que usaba resaltaba su pálida piel de porcelana y sus ojos brillaban haciendo que el verde de sus pupilas pareciera de lo más vivo y hermoso. A diferencia de Ino, ella no llevaba una mascada, me pareció raro porque casi vestían igual.
Dime—me removí en el banco invitándola a sentarse a mi lado. Ella accedió pero tomó su distancia.
Quería pedirte disculpas por el comportamiento de Ino—sin mirarme comenzó a restregar sus manos contra la falda de su vestido.
No tienes por qué—respondí—No te negaré que me sorprendí el drástico cambio de actitud pero ella tendrá su motivo, comprendo que este molesta conmigo—suspiré—Fui una imprudente.
No es por eso... —el hilo de su voz me preocupó—. No es por eso, lo que está pasando con ella no tiene nada que ver con la cabalgata de ese día.
¿Entonces?
Temari, tú... —suspiró y tardó en volver a hablar, su rostro de porcelana parecía confuso, al parecer no sabía que palabras usar.
Sakura, por favor, sólo dímelo.
¿Tú crees en fantasmas? —la pregunta me sorprendió.
No, por supuesto que no—respondí segura—Nunca he creído en tal cosa.
Y si te dijera que... —tragó saliva—Uno de ellos lastimó a Ino...
¿Qué? Es broma, ¿verdad?—la miré con incredulidad, somos lo suficientemente grandes como para creer en esas cosas.
Sé que notaste esa mascada que llevaba en el cuello.
Acaparó mi atención, asentí.
Es por qué...
Sakura, cállate—la rubia salió al jardín y se plantó frente a nosotras—Yo se lo diré. Pero primero...
La rubia se inclinó frente a mí y me puse nerviosa ante su gesto, no me gustaba para nada este tipo de atenciones.
Me disculpo por mi mal comportamiento, princesa, yo me comporté como una maleducada y grosera.
Ino, por favor—le tomé del hombro con cuidado—no es necesario.
Lo siento—se levantó y se encogió de hombros.
Está bien, no lo vuelvas a hacer—reproché—No me gusta, me incomoda.
Ino... —la voz soprana de Sakura hizo que volviéramos la atención a ella—Perdona, no sabía que querías decirle tú, te vi tan molesta y no me pareció correcto nada de lo que hicimos esta mañana.
Está bien frentona, yo me alteré—se acarició a frente—Pero ahora estoy más tranquila y he reflexionado lo que ocurrió y lo que hice. Le diré a Temari todo.
Te escucho.
Ella se quedó de pie frente a nosotras y abrió los labios.
Ese día—comenzó—ese día que fuimos a cabalgar, fue muy divertido pero algo ocurrió cuando tu entraste a esas ruinas.
Su voz se quebró un poco. Intenté acercarme a ella pero negó con su mano.
Cuando entraste, de la nada, comenzó a hacer muchísimo frío—se estremeció ante su recuerdo—Sakura estaba aún sobre su caballo pero yo había bajado momentos después que entraste dispuesta a seguirte y traerte de vuelta. Podrías haber sufrido un accidente ya que el lugar estaba en ruinas.
Recuerdo que—Sakura interrumpió—Ino bajó y sopló un viento muy fuerte y frío. En ese momento todo se oscureció muy rápido. Ino estaba por entrar cuando escuchamos un grito terrible que provenía del interior del castillo. Su tono era parecido al tuyo, pero tenía algo que nos hizo dudar. Yo también bajé del caballo y de la nada estos salieron corriendo.
Mentimos cuando te dijimos que los habíamos llevado a pastar al claro.
No pudimos detenerlos—Sakura tragó saliva—ambas corrimos hacia la abertura por la cual habías entrado y gritamos tu nombre, creímos que habías sido tú.
Cuando nos asomamos, vimos una extraña silueta cerca de un montículo de tierra que tenía hierba silvestre. En un principio creíamos que eras tú y volvimos a gritar tu nombre pero... —la rubia se acarició los brazos.
Cuando esa "cosa" se giró vimos que no eras tú...
Pero se parecía a ti...
Sus ojos eran verdes como los tuyos y mechones rubios caían por su cara, ocultándola. —Sakura se mordió el labio—pero sus ojos, su esclerótica era roja, no había blanco en ellos.
Ambas nos alejamos y segundos después apareciste tú como si nada hubiera pasado. Gritando por los caballos y corriendo hacia donde habíamos señalado.
Kankuro... —interrumpí—Kankuro me dijo lo mismo, que había escuchado eso.
Ino—Sakura miró a la rubia—No tienes que hacerlo...
No deberías decir eso, frentona, estabas a punto de decirle hasta que te interrumpí—la rubia me miró con miedo—Necesito decirte aún más.
Dímelo—pedí
Anoche...tuve un sueño—suspiró—Soñé que estaba en una abadía, sabía que era una por la cantidad de objetos religiosos que había en el lugar, recuerdo que recorría los pasillos y escuchaba los cánticos religiosos del lugar. Recuerdo que llegué a un pasillo en especial, uno muy largo. Había columnas en las paredes laterales del lugar, el final estaba un gran altar de mármol y había muchísimos objetos de oro, plata y bronce, en el techo había grabados muy bellos y hacían arcos que se conectaban con las columnas. Las bancas de madera estaban impecables y bien cuidadas.
Hizo una pausa y yo dejé de respirar.
Entonces, en mi sueño, te vi—tragué saliva—Estabas sentada en la primera fila viendo hacia el altar. Vestías un extraño atuendo. Pero eso no llamó mi atención, lo que me asustó fue que eras mayor, una mujer adulta. Estabas llorando, entonces escuché un ruido y tú te levantaste y gritaste algo. No sé qué dijiste, pera como si hablaras otra lengua extraña y desconocida.
Comencé a sentir mucho frío.
Estabas asustada, corriste a esconderte detrás del altar. Cuando me giré a ver qué era lo que te había asustado tanto...
Ino miró hacia todas las direcciones, asegurándose de que nadie nos veía. Se quitó la mascada
Dos enormes manos me apretaban del cuello...
Acallé un grito de horror cuando vi el cuello de Ino, dos manos negras estaban grabadas en su delicada y pálida piel, más que manos parecían garras. La abracé cuando empezó a llorar de miedo. Miré bien las marcas eran negras como el carbón, en lugar de manos eran garras con dedos largos y huesudos, toqué la superficie y estaba rasposa, como si fuera una quemadura.
Cuando desperté tenía esto en mi piel—gimoteó—Estaba tan asustada y molesta que creía que era tu culpa, lo siento mucho, no debí tratarte así—llorando me abrazó y escondió su cara en mi hombro. Le quité la mascada y cubrí su cuello.
¿Pero...que significa esto? —murmuré tratando de calmarla—¿cómo es posible que tengas esto?
No lo sé—entre llanto me respondió.
Escúchame, no sé cómo pero voy a buscar la manera de que eso se elimine de tu cuello—Sakura le acomodó la mascada y la abrazó cuando yo la solté. Ino asintió limpiándose la cara con el pañuelo que la pelirosa le ofrecía—Gracias por confiar en mí y contarme lo que pasó.
Fui una grosera, tenía tanto miedo que...
Ya no—la abracé—Encontraré la manera.
La noche había caído, estuve con ellas dos el resto de la tarde y acordamos no decirle nada a nadie para que no fuera un escándalo más grande. Ino acordó que actuaría tener enfermedad para justificar la mascada y nosotras cuidar de ella para evitar que alguien la abordara.
Ese día durante la tarde pasamos tiempo en con la corte y haciendo compañía a la reina que, entretenida en su nueva adquisición, poco caso nos prestó.
Salía de una buena ducha y me acomodé en mi cama.
Me dolía la cabeza, había recibido demasiada información por un día, pero en realidad estaba asustada.
Ino...
Nunca en mi vida había visto algo como eso, era imposible que le hubieran hecho esas marcas de un día para otro...y ese sueño que tuvo. Me estremecí, esto es peor que aquellas leyendas de Suna, sobre los caballeros negros.
Me arropé en la cama y me quede dormida después de mucho tiempo.
...
Temari
¿Qué? ¿Quién eres? —no conocía esa voz ¿Por qué estaba llamándome?
Espera ¿Dónde estoy?
Puedo sentir mi respiración y mi cuerpo. No puedo ver.
Esta todo tan oscuro que no puedo ver por dónde voy, no hay sonidos a mi alrededor que me indiquen dónde estoy y no sé cómo llegue aquí. Mis sentidos están jugándome una mala pasada, sólo soy consciente de que estoy respirando. Trato de no desesperarme pero me es imposible
¿Qué es esto? No sé qué sucede ¿estoy de pie o acostada? ¿Yo he venido aquí o me han traído?
Trato de recordar pero nada llega a mi mente.
—¡Temari ¡Temari! ¡Temari!
Esa voz otra vez, no la conozco, suena tan lejos que no puedo reconocerla.
¿Esto es un sueño? ¿No he despertado? ¿Quién me está llamando?
¡Temari! ¡Temari!
Mi cuerpo reacciona, gimo. Estoy dormida, no he despertado, estoy soñando.
¡Temari! ¡Temari! ¡Despierta!
Abro los ojos y una luz cegadora me obliga a cerrarlos de nuevo, alguien me está sujetando. ¿Por qué se siente tan real? Se supone que esto es un sueño ¿o no?
Abro mis ojos de nuevo y miro hacia abajo, un sonido hueco hace que mi piel se erice, aprieto los dientes.
Césped, veo césped en mal estado, está cubierto por arena. Mi visión aun es borrosa por la luz.
Escucho que me llaman de nuevo y levanto la cabeza, una silueta pasa a mi lado dejando una delicada fragancia flotando en el aire, una fragancia familiar. Parpadeo varias veces para mejorar mi visión.
¡Temari, por lo más sagrado!
Un bosque, veo un bosque muy abundante, árboles y pinos por doquier, demasiado verde. Miro hacia todos lado y es lo único que veo, giro la cabeza hacia el frente de nuevo. Mi cuerpo se tensa.
¿Mamá? ...
Veo a mi madre, joven y hermosa. Esta inclinada hacia el frente.
Mamá, aquí estoy —le llamo pero ella me ignora.
¡Temari! ¡Temari! ¿Dónde estás? —ella grita y corre de un lado a otro tratando de encontrarme. ¿No me ve frente a ella? Su vestido color perla vuela de un lado a otro mientras corre sin dejar de gritar mi nombre. Voy tras ella cuando se interna al bosque.
¡Mamá! ¡Estoy aquí! —le grito pero ella no da muestras de escucharme. ¿A dónde va?
¡Temari! ¡Por favor, responde! ¡Temari!
Estaba por gritarle pero aceleré el paso y corrí más rápido. Estaba por tomarla del brazo cuando ella se paró de súbito. Choqué contra un árbol y caí de rodillas.
¡Temari!
Levanté la mirada y ahogué un grito.
Estábamos en el claro, en el claro que yo visité con Ino y Sakura, en el claro donde yo había estado anoche, estábamos en el claro donde estaba aquel palacio en ruinas. Abrí los ojos cuan grandes pude cuando vi a mi madre caminar hacia aquel lugar.
Me puse de pie tratando de alcanzarla cuando un terrible grito sonó por todo el lugar haciendo que me detuviera, el grito era lastimoso y terrorífico.
¡TEMARI!
Ella volvió a gritar mi nombre y mis manos taparon mi boca.
Una pequeña niña salió corriendo del lugar, su vestido estaba sucio y desgarrado. Mi madre corrió hacia ella y la abrazó.
Si esto era un sueño era demasiado real, mis piernas estaban temblando cuando traté de acercarme a ellas.
¡Por lo más sagrado del mundo Temari! Mi niña, no vuelvas a hacer esto.
Mi garganta estaba seca, me acerque con cuidado y entonces retrocedí.
¿Qué es esto? ¿Qué significa todo esto?
La niña que abrazaba a mi madre era yo, tendría aproximadamente cuatro años. Miré bien la escena, nada cuadraba.
No recordaba nada de esto, yo jamás me separaba de mi madre, mi rebeldía comenzó cuando ella falleció. No recordaba este lugar, jamás había estado aquí. Si esto era un recuerdo se borró de mi mente por completo, pero si esto es una broma sucia de mi mente por lo que había estado haciendo esas últimas horas era de muy mal gusto evocar a mi madre, ella no tiene nada que ver en lo que hice.
La voz de mi madre me hizo volver a la escena.
Temari, mi niña ¿Por qué has hecho esto?
La niña miró a mi madre y se limpió la cara. Mi madre la cargó y acomodó su cabeza en su pecho.
No lo sé.
¿Qué clase de respuesta es esa, niña? Nos has espantado a todos, el príncipe Nara se ha molestado.
¿Shikamaru?
Lo siento —mi yo infantil hizo un puchero y se mordió la uña. Sonreí ante el recuerdo. Mordía la uña de mi pulgar cuando tenía miedo, dejé de hacerlo después de la muerte de mamá. Mi yo menor tenía miedo. ¿Miedo de qué?
Temari, tendrás que dar una disculpa al príncipe ¿de acuerdo? —mi madre se giró—Ahora dime ¿Por qué has venido aquí?
La niña negó.
Temari, sabes que la verdad es muy importante —le acarició el cabello—Ahora dime, si estas asustada por lo que papá te pueda hacer despreocúpate, yo hablaré con él, pero dime la verdad ahora.
No
¿Por qué no? —mi cuerpo estaba lleno de sensaciones, la dulzura en su voz me hizo recordar el calor de sus brazos. Quería abrazarla.
Vas a castigarme, dirás que miento—volvió a morder su uña. Podía ver, incluso desde la distancia, como temblaba su pequeño cuerpo.
Lo haré si no me lo dices...
¿Vas a creerme?—sus ojitos estaban llorosos e inyectados en sangre.
Sí.
Ella me llamó —levantó su manita y me apuntó—Me dijo que cuando el día señalado llegue, la gente mala, vendrá por mí.
Temari, bebé, ahí no hay nadie.
¡Claro que sí! ¡Ahí está ella!—la pequeña gritó muy fuerte —¡Ella es mala!
Temari, cálmate bebé. Debemos irnos.
Mi madre se giró dándome la espalda, la pequeña recargó su mentón en el hombro de ella y me miraba.
Ella es mala.
La niña me miraba, por instinto me señale ¿se refería a mí?
Ella negó y volvió a señalar hacia mi dirección, detrás de mí.
Blondinka
Giré mi cuerpo entero y todo lo que vi fueron dos manos que a los segundos estaban estrujando mi cuello. Mi visión se volvió negra y mi piel se erizó ante una pesada y escalofriante voz que, en lengua extraña, dijo:
Smrt princese, ki razdejal naše kraljestvo
Desperté sobresaltada.
Fue un sueño, era un sueño ¿lo fue?

...
Ana Micenas, te adoro nena. Gracias por ayudarme con la revisión.

sábado, 2 de julio de 2016

¿Todavía no es la hora?

Esta historia la escribo sin fines de lucro única y exclusivamente por mi amor a la lectura y escritura y más que nada para todos ustedes.
Disclaimer: Naruto es propiedad de Kishimoto.
Aviso: Este Fic participa del Reto Palabra al azar del Foro La Aldea Oculta Entre las Hojas.
Palabra: Reloj

¿Todavía no es la hora?




—Mamá ¿todavía no es la hora? —la pequeña vocecita soñolienta hizo que levantara la mirada. Temari, que doblaba la ropa limpia, le regaló una sonrisa.

—No bebé, aun no es hora—respondió al pequeño que se restregaba los ojos.

—Okay—gruñó el bebé de tres años. Bostezó y salió de la habitación.

Shikadai había despertado de su siesta vespertina, cosa rara en él.

Temari sabía de antemano que ese comportamiento poco habitual del niño se debía a una razón en especial. Sonrió cuando el bebé regresó con una hoja y un par de crayones, se sentó junto a ella y comenzó a dibujar.

La rubia retomó su labor doméstica y siguió doblando la ropa.

Shikadai, aunque entretenido dibujando, no dejaba de ver el reloj colgado en la pared. Las manecillas avanzaban muy lento cada vez que le daba una mirada.

—Mami ¿cuál era el número?—el rostro del bebé estaba en una graciosa mezcla de confusión y desesperación.

—Es el número cuatro, cariño—trato de no reír—¿sabes en que número va?

—En el número dos—levantó sus deditos haciendo un puchero—Faltan dos, ¿verdad?

Temari asintió. Sabía que la inteligencia que su pequeño había heredado no era en vano.

Los minutos avanzaban muy lento para el pequeño, el reloj parecía no querer avanzar. En su imaginación se preguntaba cómo podía hacer que avanzara más rápido, si podía ser capaz de mover las manecillas telepáticamente para que su padre ya volviera a casa.

Gruñía y hacia pucheros sin darse cuenta de la mirada divertida de su madre.

Se concentró en su dibujo y comenzó a colorear a su padre, dibujó su cabeza y su cabello, sus hombros y su rostro.

Miró el reloj, aun no.

Dibujó una segunda persona, cuando la terminó levantó su cabecita al escuchar un ruido en el recibidor de la casa.

—¡He vuelto!

El pequeño tiró la crayola y corrió al recibidor con una enorme sonrisa.

—¡Papá! ¡Bienvenido!—Shikamaru, algo sucio y sudado, alzó al niño que corría entusiasmado hacia él. Le besó la cabeza y dejó que se acurrucara en su pecho.

—Hola Shikadai, papá está algo sucio ¿no te importa?

—¡No!—el bebé se apretó más a él. Lo había echado de menos, sobre todo por las noches, le gustaba dormir con sus padres y el calor de su padre le había hecho falta.

Shikamaru había salido de misión hacía varios días y dejó un aviso que llegaría ese día. Decir que no estaba enternecido y sorprendido por la actitud del niño sería mentira, estaba que moría por dentro, lo extrañó mucho.

Caminó hacia el salón y se encontró con Temari que miraba la escena recargada en el marco de la puerta sonriendo a sus dos hombres, también la extrañó.

—Cariño ¿Por qué no le muestras a papá tu dibujo?—se acercó a los dos y le acarició el cabello al niño.

—Después—se acurrucó más hacia su padre y hecho una mirada al reloj.

El bebé sonrió aún más, papá había llegado antes.

...

500 exactas de nuevo jajaja. Tengo el toque en estos días.
Ayer me animé a participar con otro personaje y, obviamente, tenía que ser de mi OTP ShikaTemaDai y elegí a Shikadai. La palabra fue Reloj y debo decir que me imaginaba otro tipo de escenas pero al final esta me gustó más y la subiré antes de que me arrepienta y la cambie. Así soy yo de rara.
Muchísima suerte a todos en este reto.
Espero que les guste esta historia, muchísimas gracias por leerla.
Muchísimas gracias también para las personas que leyeron la primera historia "Tentado" que también participa en este Reto. Gracias por los comentarios y por las visitas, gracias también a los que leer y no comentan, me agrada ver que se ha leído varias veces, aunque si comentan me harían más feliz, venga, el botón no muerde jajaja.
Como todos ustedes saben, cada historia que escribo tiene una imagen como base y la pueden encontrar en mi perfil de Fanfiction, ahí está el link y los contactos en los cuales pueden encontrarme.
¡Mucha suerte a todos, Fighting*!
*ánimo en coreano xD
Nos leemos
Ky
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