domingo, 29 de mayo de 2016

Tres bebés, una mamá

Disclaimer: Naruto es propiedad de Kishimoto.
Aviso: Este Fic participa del Reto Inicio y Final del Foro La Aldea Oculta Entre las Hojas.

Tres bebés, una mamá




Esos renacuajos del diablo, ¡se robaron su sostén rosa!

¿En que estaba pensando cuando se ofreció a cuidar de esos dos pequeños demonios? ¡Suficiente tenía con el suyo! Aunque no podía quejarse, Shikadai era tal cual Shikamaru, un vago dormilón, Inojin normalmente era muy tranquilo y Bolt se mantenía entretenido casi con cualquier cosa. ¿En qué momento se le ocurrió que sería buena idea cuidar de esas tres potencias estando juntas? Estaba bien que jugaran con las cosas de Shikadai en el jardín, en la sala, incluso permitía que hicieran de las suyas en la cocina, pero su habitación...era zona prohibida.

Recién salía de una necesitada ducha después de haber dejado a los tres pequeños totalmente dormidos o eso creyó.

Al parecer se me ha jodido mi buen cerebro—pensó mientras terminaba de cambiarse.—¿Cómo es posible que tres pequeños enanos de dos años me hagan esto?—la rubia gruñía y gruñía caminando por toda su habitación cambiándose y peinándose. Se giró para tomar otra prenda y sustituir la recién hurtada.

Abrió un cajón de donde podía obtener el muy necesitado pedazo de tela cuando notó algo, nada. Abrió otro, vacío. Uno más, otro más, un último...¡Nada! ¡No había rastro de su ropa interior!

—Esto es... —apoyó ambas manos en el último cajón. Toda su ropa interior había desaparecido como por arte de magia. Lo demás estaba ahí, blusas, vestidos, kimonos, todo en su lugar menos su ropa interior. Todo estaba ahí incluso la de su esposo—. ¿Qué clase de broma es esta?

Suspiró profundo.

—Tranquilízate, Temari—habló en voz alta—sólo tranquilízate—respiró profundamente y se tomó la frente.

Sólo poner un pie fuera de su habitación comenzó el caos. Por el largo pasillo haciendo un camino, un montón de colores y telas diferentes, rosas, azules, blancas y negras, tiradas por todo el corredor se encontraba su ropa interior. Caminó en trance recogiendo una a una las prendas. Unas estaban manchadas de colores, otras de comida, unas más de ¿Qué era eso? ¿Tinta? ¿Pero de dond...? Se apretó el puente de la nariz.

Se dirigió al comedor, encontró más ropa ahí. Un sostén que estaba lleno de cereales con leche como si fuera un tazón y unas bragas que al parecer sirvieron para limpiar la leche derramada. Caminó así por toda la casa, vagando por cada habitación recogiendo la ropa que encontraba ya fuera encima del televisor como las bragas de encaje negro que eran estiradas de lado a lado por la antena y los cordones que alguna vez pertenecieron a un sostén tirados en el patio, al parecer fueron usados como ligas elásticas para lanzar pedazos de comida que estaban regados por el jardín.

Después de la gran búsqueda termino con toda su ropa en la lavandería separando entre trozos, bragas, sostenes, ligas, elásticos, comida y tinta. Al final casi nada era rescatable, solo unas cuantas sobrevivieron.
Por su mente pasaban cientos de situaciones en las cuales su ropa interior fue destrozada de manera prolífica prácticamente en menos de diez minutos por tres pequeños niños de sólo dos años. Su cabeza estaba llena de imágenes, Inojin con un pincel y tinta pintando sus bragas, Boruto con tres clones de sombras estirando sus bragas...Shikadai con un kunai cortando las ligas. Iba a enloquecer puesto que sus pensamientos eran del todo imposibles.

¿En qué estaba pensando cuando dijo que sí podía con esas tres pequeñas almas juntas bajo el mismo techo?

1...2...3...

Shikamaru. Ese vago malnacido...

¿Por qué? ¿Qué era lo que había hecho para que todo terminara así?

Ah, sí. Insultar a las personas rubias.

Por lo general he notado que los rubios son unos problemáticos sin importar el género.

Eso había dicho, al parecer su esposo se basaba en lo problemático que era lidiar con Naruto y su estupidez extrema, lo insoportable que podía llegar a ser Ino cuando se proponía algo, lo difícil que era tratar de mantener a Bolt quieto y lo frustrante que podía llegar a ser Inojin si no estaba con Shikadai cerca, lo tenebrosa y mandona que era Lady Tsunade y lo rara que Shiho podía llegar a ser y por último estaba ella, a quien denominó cómo la rubia problemática mayor.

Definitivamente, los rubios son más problemáticos que nada en el mundo. —Casi podía escuchar su voz diciendo eso. Sintió que una vena saltaba en su frente cuando cerró los ojos.

Shikamaru Nara...—gruñó por lo bajo—Te daré el peor de los escarmientos, prepárate.

Había recordado porqué estaba cuidando de esos dos pequeños demonios además de su niño. Él la había retado a cuidar de esos dos pequeños asegurándole que no aguantaría ni una hora sin lanzar llamas por los ojos. Maldijo por lo bajo al darse cuenta que casi era tal como él decía pero no le daría la satisfacción de verla caer, no señor, Temari Nara podía con esto y más.

Tiró la ropa que no tenía arreglo y lavó—de nuevo—la que pudo rescatar.

—Tranquila Temari—respiraba contra la puerta—No puedes violar el tratado de paz para asesinar a esos pequeños renacuajos sólo porqué te han dejado sin ropa interior, además esos tres no podrían contigo—tragó aire—¿Dónde estarán?

Dejó el cuarto de lavado y ahora enfocada en su nuevo objetivo comenzó a buscar a esas tres pequeñas almas inocentes.

Llegó al estudio de su marido y abrió la puerta de shoji deslizándola pues creyó ver tres pequeñas sombras atreves del papel watashi sin embargo lo que encontró fue mucho peor. En el suelo del estudio estaba su arma de pelea...manchada con tinta, sobre las tres lunas había dibujos y manitas pequeñas que ahora adornaban el pesado abanico, además claro, del rastro de tinta que manchaba el que esa mañana era un pulcro piso.

¿Cuántas veces había tratado de tranquilizarse? Perdió la cuenta.

Escuchó ruidos en el jardín trasero. Se dirijo al lugar grabándose una nota mental de limpiar el arma y el piso antes de que la tinta arruinara el color, después le cortaría las manos a Sai por darle a ese bebé pinceles y tinta, por ultimo castraría al héroe de la Cuarta Gran Guerra Ninja para que ya no tuviera más descendencia.
Cuando llegó al patio encontró a los tres pequeños demonios jugando con el sostén rosa, el único que permanecía vivo.

Al parecer los tres niños se percataron del aura asesina de la mujer mayor porqué al instante dejaron de hacer ruido.

—¿Mami?—el pelinegro tragó profundo.

Y ahí estaba ella, mirada por tres ojitos azules y verdes.

—¿De quién fue idea?

—¡Mía, tía Tema! ¡Tus armas son muy divertidas!—gritó Bolt poniéndose el sostén sobre la cabeza—Ve, es un casco.

—¿Mami?—la voz de Shikadai sonaba demasiado perturbada

Cerró los ojos y comenzó a reír. Los infantes la miraron con una mezcla de miedo y curiosidad.

—Bolt, ¿Quién te dijo que esa ropa son armas?

—¡Yo escuché que papá decía que la ropa interior de mamá eran armas muy peligrosas!—gritó Shikadai interrumpiendo a lo que los otros dos asintieron frenéticamente.

—Yo también lo escuché, tía Tem—Inojin la miró jugando con sus deditos—. Dijo que la ropa interior de tía Tem era un arma peligrosa contra él.

—¡Pero es un mentiroso!—Bolt gritó—No son peligrosas, pero son muy divertidas...¿estas enojada tía?

—No

—¿Entonces por qué estas apretando la mano, mami?

—No es nada—sonrió. Tomó a los tres niños y por fin obtuvo el sostén rosa que necesitaba. Cargo a Shikadai e Inojin y de la mano a Bolt haciéndolo caminar a pesar de sus quejas sobre ir arriba con los otros dos. Les dio un baño y esta vez sí los dejó dormidos. Procedió a limpiar la casa y darse otra ducha. Esta vez al salir los encontró durmiendo justo donde los dejó.

Shikamaru tenía razón, los rubios eran problemáticos, en especial si estos influían en personas como él o Shikadai. Eso hacía el combo aún peor, pero verlos así, unidos y felices le hacía ver que, a pesar de los destrozos y travesuras, no era tan malo después de todo.
...

Es la primera vez que participo para este foro, así que espero que a todos nos vaya muy bien de corazón.
Espero les guste este One Shot
¡Buena suerte a todos!
¡Fighting!
Love, love u all
Ky

Pereza

Ella sabía, de antemano y por experiencia propia, que los hombres Nara poseían una inteligencia anormal, hombres con un gran coeficiente intelectual, toda una élite, empezando por el cabecilla del clan, unos genios a la hora de batalla capaces de idear estrategia tras estrategia, ella misma había sido testigo de cómo el antiguo cabecilla hizo las más increíbles estrategias en la Gran Cuarta Guerra Ninja. Cuando conoció al actual líder—su ahora esposo—había caído en un plan ideado por él en cuestión de minutos. Ese día que lo conoció y odió por ser derrotada, por qué ella sabía que había sido derrotada aunque el resultado distara de la realidad. 

Se sintió impotente al ver que no era la única en pensar rápido, al ver que tenía competencia y una muy dura. Sin darse cuenta fueron enganchándose cada vez más y más. Una parte de ella sabía que ese romance y amor había nacido por estrategia de él. Como siempre, un Nara inteligente, un genio

Otra cosa que sabía era de las técnicas secretas del clan Nara, el uso y control de las sombras. Aprendió que para un Nara las sombras son como su forma de vida, su vitalidad, casi cómo una madre a la cual hay que respetar y temer, sí, temer, caer bajo ese jutsu era tenebroso, perder el control total de tu cuerpo y moverte al antojo de su poseedor, técnicamente expuesto y a su merced. Debía admitir que cuando él jugaba con ella le gustaba que la atrapara con esa técnica. Poseedores de un amplio bosque del cual sólo ellos podían entrar, lleno de ciervos y secretos...grandes para ayuda del equipo médico de la aldea

Y por último, la más grande distinción de un Nara, su pereza.

Sí, así como eran inteligencia de élite y dueños de técnicas asombrosas eran unos vagos por naturaleza.
Nara Temari sabía que esa última era como la regla de oro para un Nara aplicada generación tras generación, escrita en letras de oro y recordada en los anales de la historia del clan.

Pero en serio ¿tenía que aplicarse en su bebé ahora?

Hoy era un día importante, este día, Shikadai cumpliría un año de edad. Lo había bañado con parsimonia, vestido con un hermoso kimono verde con cintillo en un tono más claro regalo de su abuela, lo había peinado y perfumado, el pequeño había quedado aún más perfecto y apetecible. Lo había sentado en su silla para bebés y le dio unas bolitas de arroz por qué el bebé de la nada reclamaba comida y ahora, justo ahora no habían pasado ni cinco minutos desde que le dio la primera bolita que el bebé estaba comiendo dormido.

SÍ, ESTABA COMIENDO DORMIDO

El pequeño heredero del clan estaba sentado, moviendo cabecita y brazos para comer sin embargo...¡se estaba quedando dormido!

Estaba anonadada, con la boca abierta y un tic parcial en el ojo izquierdo ni siquiera se movió cuando su esposo la abrazó por la espalda y respiraba en su cuello negando con la cabeza.

Nara Shikadai estaba comiendo dormido.

Sus ojitos estaban medio cerrados, su cabecita se tambaleaba de atrás hacia adelante mientras que son su manita regordeta atrapaba lo que había en la mesa sin siquiera ver y llevarlo a su boca para masticarlo pero la comida se caía de su boquita ensuciando su ropa nueva. Bostezando y comiendo medio dormido la poca comida que sí se quedaba dentro de su boca.

Si hubiera sido cualquier otra persona, estaría molesta, pero era su bebé y no sabía no como era que seguía de pie. Era demasiado tierno como para molestarse aunque estuviera arruinando todo su trabajo para dejarlo hermoso su celebración.

Suspiró y fue por la cámara.

Shikamaru al verla irse no pudo apagar la risa que desde hacía minutos estaba aguantando. Se acercó al bebé
Oe—acaricio su carita—dirán que es por mi culpa, despierta.

Shikadai en cambio cerró más sus ojitos sin dejar de masticar. Derretido ante ese gesto, Shikamaru le beso la frente. Se retiró sentándose cerca del bebé cuando ella regresó a la cocina. Temari enfocó la cámara y como si el bebé supiera que ella tomaría una fotografía, con sus ojitos medio cerrados, sonrió.

¿Cuántas fotografías había tomado? Que importaba, estaba enamorada perdidamente de ese hermoso pequeñito que gestó durante nueve meses. Necesitaba capturar todo momento de él. Cada cosa de él.

Tendré que ponerle otra ropa—la rubia se sentó junto a su marido.

Al menos tus hermanos y mamá aun no llegan—la abrazó—Te juro que yo nunca hice eso

—Me apuesto a que sí—ella se rió y le dio un beso en el cuello.

El hombre observó al bebé, sería una copia idéntica de él de no ser por sus ojos, tan verdes y grandes como los de su madre a quien ahora no dejaba de observar, ella era tan hermosa. Tomo su rostro y la besó, le dio un beso tierno que solo rozaba la piel suave de sus labios, que casto se acerca reconociendo su aliento probando el sabor de su respiración, uno dulce que dejo caer poco a poco, como si estuviera tomando todo el tiempo del mundo para recorrer cada milímetro de su boca. Separándose de ella, se perdió en las lagunas verdes de sus ojos.

Shikamaru...

—Lo sé

Le dio un beso casto en los labios antes de levantarse e ir por Shikadai quien ahora sí estaba definitivamente dormido acostado en la mesa apoyándose con sus manitas con su carita cubierta de arroz. Antes de levantarlo tomó otra fotografía.

Gracias—la rubia se giró hacia el moreno que la miraba sorprendido

¿Por qué?—levantó una ceja sin dejar de mirarla

Por darme el mejor regalo del mundo—apretó a Shikadai contra ella—nuestro hijo.

Él se sonrojo de pies a cabeza y frunció el ceño, completamente avergonzado, ella le dedicó una radiante sonrisa.

Hey, mini-Shikamaru—acarició la cabecita del bebé—despierta, tendré que cambiarte y limpiarte, pequeño ciervo perezoso.

Shikadai abrió de poco sus ojos, miró a su madre y sonrió haciendo que sus ojitos verdes brillaran como el sol.
Esa tarde, Shikadai fue besado hasta el hartazgo.

.
No podía quejarse, realmente y aunque quisiera ese bebé tenía demasiado Nara en las venas. Y así lo amaba. Perezoso y vago, era su hermoso bebé.

...
Ay, espero que no haya quedado muy Ooc.
Agradezco a mi sobrino Leo que fue mi fuente de inspiración para este fic, y es que me quedé en shock cuando lo vi dormido sin dejar de comer, es el fenómeno más extraño que haya visto en un bebé. No sé si sea su subconsciente que tiene sueño y a la vez su cuerpo que tiene hambre. Estaba que moría de incertidumbre y dulzura, ¿cómo pueden ser tan tiernos?

Es mi primer shot de Shikadai y les amenazo con que no será el único jeje
¡Les juro que lo amo, es tan tierno, tan hermoso, tan...muero!
Esto...¿algún comentario? ¿Alguien? ¿Hola?
Los amo

PD: en mi página de Facebook (Buscar como: ~Kyrie HawkTem) podrán encontrar varios Doujinshis ShikaTema al español así como varias viñetas que las hermosas y talentosas
Synthia
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tom等
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Me han permitido traducir para ustedes.
Les mando un saludo enorme a quienes nos siguen en ShikaTema Always (Facebook) a quienes espero les guste este oneshot
Love u all
Ky

ShikaTemaDai One Shots

Aquí les dejo el listado de las historias ShikaTemaDai que he escrito para todos ustedes.

De cartas y virus

Disclaimer: Naruto no me pertenece, tanto sus personajes como lugares ambientales pertenecen a Masashi Kishimoto

Capítulo 5

De cartas y virus

Mi respiración estaba muy pausada, demasiado, y eso fue lo que me despertó, no sentí la luz del sol picarme los ojos como cada día pero los abrí despacio, mi visión estaba completamente borrosa, cada uno de mis cinco sentidos estaba despertando de manera muy lenta y tardía, escuchaba con poca claridad el sonido de las aves cantando en algún lugar, mi boca estaba completamente seca y mi cuerpo estaba anormalmente pesado. Comencé a sentir pinchazos en la cabeza. Bostecé

Buen día, princesa—una voz jovial femenina me saludó. Intenté levantarme pero para mi cuerpo una tarea tan fácil le pareció imposible, abrí mis ojos tan grandes pude—No intentes moverte mucho, al parecer has pescado un resfriado.

¿Qué? —respondí con un hilo de voz, mi garganta comenzó a dolerme demasiado, como si hubiera comido espinas y estas se encontraran incrustadas de manera dolorosa en mi tráquea—. Pero...¿cómo?

Ha sido mi culpa—una voz grave y pausada habló. Le reconocí de inmediato, sólo él podía tener pereza hasta en su voz—. Yo la llevé a los jardines ayer, no creí que fuera a enfermarse sólo por eso.

Debes tener en cuenta que ella no está acostumbrada a estos climas, Shikamaru.

Giré mi cabeza como pude a pesar del dolor que me paralizaba el cuerpo. Estaba en mi habitación, las cortinas estaban cerradas, la luz de las velas en el lugar iluminaban gran parte de mi habitación. Logré ver cuarto rostros conocidos, la reina estaba sentada en mi cama, tenía su mano sobre la mía y una pequeña toalla que presionaba con su otra mano sobre mi cabeza, el rey acababa de llegar pues estaba cerca de la puerta, a los pies de la cama, Shikamaru y mi hermano Gaara me veían con extrema curiosidad. Como si fuera un fenómeno de circo.

No me miren así—gruñí con voz ronca—. No es la primera vez que ven a un enfermo.

No es eso hermana—lo miré extrañada—. Es tu piel.

—¿Qué tiene mi piel? —gemí

Está muy pálida, cariño—ella me miró y volvió a presionar la toalla en mi frente—Demasiado pálida. Los médicos ya vienen en camino.

¿Es algún tipo de alergia? —Shikamaru se acercó a la cama y me inspeccionó a detalle—. Este color no es normal.

No lo sabemos, pero es muy probable que sea esa enfermedad que está azotando a Konoha

Si es contagioso deben dejarme sola—comenté llevando mi mano a la garganta, dolía demasiado—. No van a enfermar por mi culpa. Estaré bien.

No es contagiosa, Temari—Gaara me miró con cariño—. Tranquila, es sólo el color de tu piel lo que me preocupa. Se te ven las venas

Quería reír pero me limité a sonreír.

Además no tiene los síntomas de esa enfermedad—Shikamaru me estudiaba con la mirada—. Quizá es sólo un resfriado fuerte que le ha bajado las defensas y por eso el color tan pálido en su piel.

El medico ha llegado.

La puerta de mi habitación se abrió y tras cerrarse entró una mujer hermosa, su cabello era rubio como el mío pero lo llevaba largo atado en dos coletas debajo de la nuca, cuerpo de infarto y unos espectaculares enormes pechos que apenas cabían detrás de esa tela de vestido que llevaba encima, de rasgos bellos y finos pero mirada dura como la piedra.

Lady Tsunade—le saludó el rey y ella contestó con una leve inclinación—. Es mi futura hija, al parecer por el descuido de Shikamaru ha pescado un virus.

La mujer se acercó a mí y comenzó a chequearme. Después de unos minutos me miró con dulzura.

Tiene un virus, no es resfriado, es peor—se giró hacia los presentes—. Es influenza, el virus de la gripa.
Será muy importante que descanse y tome todo lo que le recetaré.
¿Tan malo es?

Fulminé al príncipe con la mirada, no me gustaba ese tono de voz, demonios, no estaba moribunda.
No—respondió la rubia—. No es malo, pero sí es molesto—sacó una pequeña hoja y comenzó a escribir en ella—El virus puede instalarse en cualquier parte del tracto respiratorio, produciendo síntomas de resfriado, que es lo que tiene ahora, dolor de garganta, e infección en el oído. Sin embargo puede provocar neumonía o bronquitis. Una clara baja en las defensas del cuerpo.

¿Cuántos días le tomará? —Yoshino apretó mi mano

—Bueno—sin dejar de anotar— Clásicamente, la gripe comienza de manera abrupta, con fiebre en el rango de 102 a 106 grados, una cara enrojecida, dolores en el cuerpo, y una marcada falta de energía. Algunas personas tienen otros síntomas sistémicos, tales como mareos o vómitos. La fiebre suele durar un día o dos, pero puede durar hasta cinco días—la rubia me miró—. Puede ser que en este caso, sea una semana. Ha presentado una fiebre alta, y tiene infección respiratoria y en el oído, ¿Sientes el cuerpo pesado, alteza?

Afirmé con la cabeza, moviéndola despacio, no aguantaba el dolor en mi sien

Bueno, le tomará un poco más de la semana—me tomó la frente—. Tiene una ulcera en la garganta y dolor de cabeza. Iré ahora mismo por los medicamentos correspondientes.

Tras decir esto saló acompañada del rey y la reina quedando sólo mi hermano y Shikamaru en la habitación.
Al parecer había pescado un buen resfriado, un no cualquiera, tenía influenza. Era común que para estas fechas la gente rebosara de salud pero yo me he enfermado por culpa de ese virus tan molesto. La mayoría de las personas contraen la gripe una vez al año o dos o tres, y la enfermedad es desagradable pero no suele ser peligrosa. A diferencia del resfriado común, tanto adultos como niños con gripe en general, tienen fiebre.
Al parecer yo no tenía la temperatura muy alta. Sólo los dolores de cabeza y garganta.

Gaara—le llamé y se acercó—. Tengo más calor que en Suna, ¿puedes darme agua?

Él asintió y fue por el vaso.

Shi..Shikamaru

No fuerces la garganta, ya sé qué es lo que quieres—me tomó de la cintura y con cuidado me levanto hasta dejarme sentada en la cama apoyando mi espalda en el respaldo—. Que problemático, lo lamento.

No fue tu culpa, yo fui imprudente—tomé el vaso que Gaara me ofrecía y bebí despacio calentando el líquido en mi boca—. Debí llevar mi chal.

Después de un rato Gaara fue llamado por el Gran Duque Minato y quedamos sólo él y yo.

Charlamos un rato, me contó que se irá con mi hermano en dos días y que en su lugar llegarían unas primas suyas para hacerme compañía y de paso revisar los preparativos para nuestro enlace. Charlamos sobre lo que este matrimonio significaba. Eran demasiados factores, demasiadas tensiones pero sabíamos que esto era lo necesario para fortalecer nuestros respectivos reinos.

El día fue ameno y agradable. Él se quedó casi todo el día a mi lado hasta que entrada la tarde se disculpó pues su padre lo llamaba. Me quedé sola un par de horas, sintiéndome con lago de fuerza me levanté y caminé hacia la ventana, abrí de poco la cortina y miré hacia los jardines traseros. Había varias doncellas niñas, entre ellas mi desaparecida Tenten, le hice una seña y desapareció entre las columnas del castillo, caminé a mi cama y me recosté otro rato.

Cinco minutos después ella entraba con una bandeja llena de comida.

No te pedí comida, Tenten.

Lo sé, pero me enteré que enfermó y debe comer.

¿Dónde demonios estabas? —gruñí—. Anoche me extraño no verte aquí, fue extraño.

Mis disculpas alteza—se inclinó dejando la bandeja a un lado.

Tenten... —la tomé del brazo y la obligue a mirarme. Su tono de voz era diferente, como si estuviera molesta

En respuesta ella retiró mi mano de su brazo y bajo la mirada

¿Qué sucede? Vas a decirme que te pasa, ahora. Tú no eres así.

Discúlpame, estoy alterada.

Escúpelo.

La gente del servicio habla muy mal de ti, Temari—me miró—. Estoy molesta por todo lo que dicen de ti y de mí. No nos conocen y nos juzgan sin miramientos.

No tenía idea de que estuvieras tan incómoda—comencé a toser fuerte, tan fuerte que sentí mis pulmones sobre esforzarse de más—¿Por qué demonios no me habías dicho nada?

Porqué son solo tonterías de unas niñas que mueren de envidia.

¿Quiénes son?

Eso no importa—me limpió la frente y comenzó a darme comida—. En verdad son unas idiotas inmaduras.

Suéltalo y dime.

Te odian por qué te has ganado el favor de la Reina.

¿Ah? ¿Qué más?

Te odian porqué...el príncipe ha mostrado interés en ti—me sonrojé de más si era posible, mi temperatura aumentó las últimas horas—. Todas ellas son unas rameras que han intentado acostarse con él pero él las ha despachado a todas.

Comencé a comer más pidiéndole que continuara.

Dicen que eres una bruja que le ha lanzado un hechizo para qué él te vea y este tiempo contigo—comenzó a reír—. Son unas tontas, de mi dicen lo mismo.

¿Qué el príncipe también te mira y te habla? —le bromeé y ella se sobresaltó. Al parecer mi comentario dio en un punto. Levanté una ceja—Dime, ¿Quién es él?

¿Cómo lo sabes?

Jamás te pones nerviosa, sé que no es Shikamaru de quien hablamos en sí—la miré y ella puso los ojos en blanco—. Dime, ¿Quién es?

También es un príncipe...pero un príncipe sin trono.

Tenten...

Topé por casualidad con él en el baile—se levantó y comenzó a encender las velas que estaban apagadas—. Él estaba en uno de los jardines. Yo estaba molesta y hui del cuarto de servicio después de una pelea que tuve con una de las tontas costureras, estaba harta de todo lo que decían de ti, así que te defendí. Las deje calladas y...

¿En verdad lo hiciste?

Sí, golpee a la idiota—ambas reímos—. Después fui a dar a uno de los jardines traseros y ahí estaba él. Llegué casi gritando que eran unas tontas sin cerebro y que se merecían la paliza que les di y luego me quedé sin voz cuando vi que no estaba sola.

¿Cómo es él? —sus ojos brillaron y le tomé las manos.

Es guapísimo—suspiró—. Su cabello era castaño y largo como el mío, su piel blanca y de cuerpo grande y fornido. Sus ojos eran blancos, y tenía una extraña marca en la frente. Luego se me salió decirle que era tan hermoso como un ángel. Él me miro muy mal y se fue de ahí.

Vaya idiota. Mínimo podría haberte contestado algo.

No he terminado—hizo un puchero y sacó una hoja de su vestido—. Me envió esto...

¿Una carta? —solté un gritillo—. No me digas que dice, porqué es muy entrometido, pero eso no es normal en alguien de la realeza.

¿Y qué si es entrometido? —la abrió y sonrió—. Dice que lamenta mucho su comportamiento, pero que le pareció muy gracioso mi comportamiento, que jamás nadie le había dicho que era un ángel y que eso le hizo sentir bien. Que le gustaría saber quién soy yo pero que no tiene tiempo. Se irá en unos días con el príncipe y me ha pedido que le escriba cartas sobre mí y que las deje donde nos encontramos.

Santo cielo—llevé mis manos a la boca—. Necesito saber quién es él, si te conviene, por más doncella que seas, haré lo que sea para que te encuentres con él.

Tranquila, de momento me conformo con escribirle...

¿Es por eso que has estado tan ausente estos días?

Algo así...no encuentro lugar donde esconderme para escribir.

¡Serás tonta! —me miró con espanto—¡Escribe aquí en mi habitación! Nadie te molestará.

Pero...

Pero nada—la tomé del brazo y me levanté de la cama. La arrastré al escritorio y le di todo para que comenzara su historia de amor—. Aquí tienes todo y a mí no me molesta que lo uses, así que cuando quieras escribir, vienes aquí, mándame al diablo y hazlo.

Vaya vocabulario que te cargas...

Deja de parlotear y escribe, que se nos va en unos días—comencé a toser más—él también se va en unos días, es probable que estén juntos.

¿Qué significa eso? —me miró con cautela

Que puedo conseguir la dirección para que envíes más cartas...

¡Estás loca! ¡Nos van a descubrir!

Confía en mí, idiota—respiré entrecortado—. Serás feliz y punto.

¿Qué hay de tu felicidad?

Estará junto a la tuya

Le guiñe un ojo y volví a mi cama. No supe en que momento me quedé dormida.

...
Hola Temari—la suave mano de la reina acariciaba mi cabello—Despierta, debes comer algo y tomar el medicamento.

Hola... —gemí

No te esfuerces, han traído más almohadas para que te recargues mejor.

Gracias...¿Gaara?

Él esta con Shikamaru, han salido de caza, volverán más tarde—me retiro un mechón de cabello que son el sudor se me pego a la frente—. Estaba muy nervioso y Shikamaru lo ha llevado, además Naruto lo convenció

Oh...

Te quiere mucho, no quería despegarse de ti—cerré los ojos y suspiré—. Tenten ha sido muy cuidadosa, te ha dado un baño con esponja y te ha dejado muy limpia. Has sudado mucho—puse mala cara, ella comenzó a reír—. Que no te de pena ni asco, eso es bueno. Así la enfermedad se irá más rápido.

Espero...

Él también ha estado preocupado por ti

¿Eh?... —ella sonrío con ternura.

Shikamaru—dijo—. Él también ha estado preocupado por ti, lo he visto nervioso—se levantó y tomo un vaso para llenarlo con agua—. Cuando está preocupado él suele hacer dos cosas, jugar Shogi o sale de caza al bosque. Y el día de hoy hizo ambas.

¿De verdad... él?

Sí cariño—me dio a beber agua lo cual agradecí—. Hoy estaba inusualmente perturbado, y fue donde Shikaku a jugar shogi, después jugó con tu hermano y al final optó por ir al establo a montar llevándose a Gaara y Naruto

Gaara no sabe jugar shogi...

Sí, por eso lo llevo al bosque

Reí y comencé a toser.

Tranquila, trata de respirar por tu nariz.

Tengo demasiado calor.

Sí pequeña, lo sé, pero es por la fiebre—continuó—. Iré por unas compresas frescas para ponerlas en tu cabeza. No tardaré

Después de que la reina saliera, me acomodé en la cama, las cortinas habían sido abiertas y la luz del sol caía por el ventanal, por el color noté que estaba por caer la noche y deseaba salir para ver las estrellas que en Suna no podía ver. Deseaba poder moverme e ir a ese lugar que Shikamaru me había llevado...lugar que ahora me tenía aquí, postrada en la cama enferma.

Comencé a recordar la noche anterior. Lo hermoso del lugar, cuanta naturaleza era capaz de crear semejante belleza, recordé todo, cuan verde era, el aire tan fresco y limpio...sin arena. El rio claro que descendía por el bosque, tan claro que se podía ver el fondo lleno de piedras redondas y grandes. Me imaginé de nuevo ahí, caminando descalza sobre el pasto verde. Me vi corriendo y riendo como una tonta que jamás había visto tanta belleza. Cerré los ojos y mi mente se transportó justamente al momento en que él me miraba...

He vuelto, pequeña—suspiré y abrí los ojos—. Es hora de las medicinas

Genial, gruñí.
...
Mi cuerpo no mostraba mejoría, al parecer fue culpa de mi ímpetu que no descanse y me forcé todo por la interesante revelación de Tenten. La mayoría de mi cuerpo estaba tan entumecido que no podía moverme, me palpitaba la cabeza y un creciente flujo nasal estaba molestándome muchísimo. Tomé todos los medicamentos que me había recomendado Lady Tsunade y guardé descanso pero aun no hacían efecto del todo. El resto del día mi cuerpo sólo sudaba y mi garganta quemaba aún más. Para el media noche la fiebre hizo su mayor estrago.

Mi cuerpo estaba demasiado insoportable, no podía moverme a libertad y sentía como el calor arrasaba conmigo. Mi pulso estaba descontrolado y fuerte, sentía que mi cabeza estaba a nada de explotar. No podía escuchar nada y tenía que tomar aire por la boca cosa que era muy dolorosa pues mi garganta seguía inflamada.

La Reina y Tenten estuvieron a mi lado la mayor parte de la tarde, pero ya era medianoche. Veía sombras que hablaban pero no podía escucharlas, estaba comenzando a frustrarme demasiado. Me aferré a las sabanas cuando una fuerte descarga sacudió mi cuerpo. Grité. Un golpe de calor me invadió, necesitaba agua.
Me forcé a ver, por sobre los borrones que era mi vista, me moví y tomé algo, por la textura era una mano.

A..agua—gemí

Sentí una fuerza tomarme de la espalda y después un frio llenar mis labios, bebí todo cuando pude. Respiré muy fuerte por la boca y comencé a toser. Sentí unas arcadas repentinas y apreté con fuerza la mano que tenía aferrada. Gemí fuerte, estaba desesperada, necesitaba mis sentidos de vuelta, el control de mi cuerpo de nuevo. Estaba demasiado perdida sin ellos. De nuevo sentí las arcadas en mi estómago y devolví todo como si no hubiera un mañana.

Que...asco—gemí

Tranquila, mujer—sentí como me regresaban a la cama—. Ya pasará

¿Shi..Shika...?

Mi respiración se aceleró aún más, mi cuerpo dolía demasiado, no podía. Era demasiado el calor corporal que juraba que las sabanas estaban empapadas por culpa de mi sudor. Sentía mi cuerpo extenuado, demasiado cansado hasta para respirar. Dolía tanto que sentí lagrimas caer por mi cara. Gemí cuando un nuevo dolor en el cuerpo me sacudió. Solté otra vez un grito. Gemí y respiré con más fuerza. Calor. Dolor. Presión. Dolor. Silencio. Oscuridad.

Sentía que mi cuerpo flotaba, flotaba lejos de esa habitación, abrí los ojos y vi que estaba recostada en una de las colinas del bosque secreto de Shikamaru, miré al cielo lleno de nubes blancas y esponjosas. Suspiré, esperaba ver estrellas. Giré la cabeza y dejé de respirar cuando vi que no estaba sola. Él estaba conmigo, estaba durmiendo a mi lado sujetando mi mano fuerte. Su rostro se veía tranquilo, le quité un cabello que rebelde se había salido de su coleta. Suspiré.

Cerré los ojos.
...
A la mañana siguiente desperté con un intenso dolor de cabeza. Lacé la vista, no estaba sola.

En mi cama, el príncipe de Konohagakure, Nara Shikamaru dormía sentado a mi lado sosteniendo mi mano.
...

Bueno, aquí el quinto capítulo.
He de decir que esta semana estuve muy triste, he estado muy triste por qué no ha tenido comentarios a pesar de que estoy esforzándome por subir capítulos por semana. No se imaginan lo mucho que uno como escritor se desgasta para darles una buena historia y es triste no saber si les gusta o no. Agradezco a quien se da tiempo para comentar, aunque sea pequeñito, créanme que me hacen muy, pero muy feliz. Y saben que les contestaré cada cosa que me pregunten. Estaba tan desanimada que hasta pensé dejar de escribir...pero seguiré escribiendo porque amo escribir y esta historia deseo terminarla porqué le he puesto mi corazón.
Espero que les guste este capítulo y si desean seguirnos en la página de ShikaTema Always para doujins, viñetas y fanarts.
Aquí mismo, subí un one shot sobre Shikadai, si gustan leerlo, estaré feliz.
De todo corazón, los quiero
Ky *besos*

Naturaleza

Disclaimer: Naruto no me pertenece, tanto como los personajes utilizados y espacios son propiedad de Masashi Kishimoto

Capítulo 4

Naturaleza

Se quitó la máscara y con la luz de la luna pude ver su rostro, era una versión del Rey en joven y sin cicatrices. Enmudecí

Naruto me dijo que eras problemática—se sobó la mejilla—pero no imaginé que demasiado.

¿Naruto? —tartamudeé—No me diga que...usted es...

Shikamaru Nara, futuro monarca de Konoha

Me sonrió de medio lado, un gesto que me pareció delicioso.

Grata bienvenida me has dado—sonrió acentuando la sonrisa de medio lado—Bienvenida, princesa ¿o debo decir, Temari?

Tartamudeé y él se acercó.

Prefiero sólo decirte Temari, es menos problemático.

Era tan sensual su voz que juro que me perdí en ese instante.

Carraspeé

Gracias—me giré para tenerlo de frente—. Pero no era necesario que desabrochara mi corsé—gruñí y lancé mi mirada hacia mi costado. Sentía mi cara arder

Si no lo hubiera hecho—comenzó a caminar hacia la puerta—. Hubieras caído desmayada por falta de aire

Sólo me falta tener más control, eso es todo—él cerró la puerta y mi nerviosismo aumentó, traté de disimular—. Además, no es la primera vez que esto sucede, he aprendido a contrarrestar la falta de aire.

¿A sí? —bufó—¿Cómo exactamente? ¿Poniéndote morada?

Apreté los dientes, no sólo se aprovecha de mi además también se burla, ahora verá. Sabaku No Temari es una mujer de armas a tomar. Levanté la mirada asesina que tenía en el rostro y lo miré.

Escucha, idiota—gruñí—Si crees que soy una damisela en peligro estas muy equivocado—lo tomé del cuello, la parte superior de mi vestido se tambaleo—. Cuida bien tus palabras por qué puedo devolverlas.

Eso mismo dijo Naruto—comenzó a reír—. No te conozco lo suficiente, pero por tu pesado carácter puedo ver que no eres precisamente "una damisela" eres más problemática que eso.

Escucha niño—lo solté y comencé a atarme el corsé—. No necesito que me salves.

Eso puedo verlo—se acercó a mí—. Pero tú no puedes verte la espalda, gírate

Sus últimas palabras me dejaron sin contraataque, inevitablemente pensé en mi madre y me quede estática, él al ver mi negativa ante su petición se limitó a sonreír caminado hacia mi espalda tomo mis manos y las retiro, sentí como apretaba el corsé lo suficiente como para mantenerme recta y respirar.

Veo que tienes conocimiento para atar un corsé—dije por lo bajo.

No eres la primera señorita que veo desfallecer por falta de oxígeno—murmuró—Pero eres a la primera a la que desato uno—apretó las tiras del vestido—Naruto es siempre quien casi les arranca el vestido, yo solo trato de ayudar al idiota a reparar el daño. Además en la caballería atamos nudos de vez en cuando para cuando estos se requieran así que no es difícil.

Suspiré, me sentía mucho mejor y más cómoda.

Gracias—me giré y lo mire a los ojos—. Yo, lamento haber sido tan impertinente hace un momento, aunque no me retracto de llamarlo idiota.

Levanté una ceja y el empezó a reír.

Escucha princesa—me tomó del mentón—. Trataré, la próxima vez, de no ser tan rudo

De esa distancia pude apreciarlo mejor. Naruto no mentía, él era guapo. Sus ojos eran rasgados, de un color café muy bonito, ni muy oscuro pero no tan claro, pequeños que le daban un aire de inteligencia que sumado a su mirada profunda se podía decir que era una persona que pensaba mucho. Su piel no era tan morena como creí que sería, en si estaba aperlado, puedo atribuirlo a estar muchas horas bajo el sol. Su cabello era negro como la noche, largo y atado en una curiosa coleta en alto. Alto y de hombros anchos bien formados cuyos brazos eran fuertes. Aún tenía su mano en mi mentón y aun así podía sentir la calidez emanando por sobre el guante que llevaba puesto. Con la oscuridad de la habitación no pude verlo con más detalle. Su mirada se encontró con la mía y noté un brillo de burla, al parecer se dio cuenta de mi evaluación pero había algo más, algo más que provocó un escalofrío recorriéndome la espalda. Él también me evaluaba.

Le sonreí de medio lado y aparté la mirada, él también sonrió. Comencé a caminar hacia la salida

Aun me arde la mejilla, mujer.

Me detuve, giré la cabeza y le sonreí de la manera más cálida que pude.

Trataré, la próxima vez, de no ser tan ruda.

Salí de ahí y pasé directo al salón donde todos los invitados seguían bailando, me mezcle entre todos y llegué al lado contrario a donde estuve la última vez, la música era cada vez más acompasada y tranquila, las parejas seguían bailando con un ritmo hipnótico dando vueltas y vueltas, muchos reían y otros conversaban. Me concentré en las máscaras. Unas eran blancas, otras rojas, varias en colores plateados y violetas pero ninguna negra como la mía. Me extrañó, el negro es un color común en máscaras al parecer sólo la mía lo era. La música se detuvo y los invitados comenzaron a aplaudirse por tan magnífica interpretación de música y por tan excelso baile.

Temari, cariño—la voz de mi futura suegra me sacó de trance. La busqué con la mirada—. Por acá cariño, ven acá.

Cuando por fin pude verla caminé hacia ella. No estaba sola, el Rey también la acompañaba, ella portaba un vestido color violeta con demasiadas perlas brillantes adornando su escote, varias tiras que hacían de hombreras y en la parte de la cadera una hermosa y pequeña flor de seda. Su máscara era blanca y como la mía solo cubría los ojos y nariz. Estaba bellísima. Me sonrió y le tomó de la mano.

Esta hermosa—le dio un codazo al Rey quien estaba mirando hacia la corte—. ¿Verdad que lo está Shikaku?

Eso no se pregunta mujer—me mordí el labio, sentía mi cara arder pero el gesto entre ellos era fantástico—. No es necesario verla de cerca, se nota desde lejos.

El rey vestía con su traje de gala, un color negro elegante con cientos de medallas adornando el pecho y estrellas en los hombros, su espada colgada a su cadera por su izquierda, lustrosos zapatos negros, su capa no fue requerida para la noche pero sí su corona que reposaba cerca de él.

Ven cariño, es momento de anunciarte.

Trague saliva, perfecto, van a presentarme ante la corte de Konoha y ante el hombre que hace unos minutos me comía con la mirada. Mordí mi labio y me erguí lo más que pude.

¡Silencio! —una voz desconocida pero potente acallo el recinto y como por arte de embrujo todos se giraron hacia la dirección del gran trono. —¡Su Majestad Imperial y Real el Rey y la Reina de Konohagakure no Sato!
La sala entera se inclinó ante sus máximas autoridades en un gesto honorifico y ceremonioso. El Rey caminó dos pasos al frente, quitándose la máscara, levantó la mano derecha y todo el mudo se levantó. Sentí la mano de la reina apretar la mía, la miré y le sonreí.

Les doy la más cordial bienvenida a todos ustedes—su voz mil veces más hermosa y potente que la del voceador anterior, resonó por todo el salón haciendo que las miradas se enaltecieran ante su rey—Con su Majestad la Reina, esta noche, les estamos gratamente agradecidos por asistir a este importante evento—continuó—que como sabrán es en honor a mi futura hija.

Sentí el orgullo corriendo por mis venas, mi padre jamás había hablado así de mí y el rey con tan sólo una simple oración me tenía con el ego y orgullo volando por los cielos. Me estaba presentando como su futura hija y no podía sentirme más honrada.

Pero antes—habló el rey girándose hacia nosotras. Yoshino se puso de pie—. ¿Dónde está Shikamaru?
Los presentes comenzaron a cuchichear mientras volteaban a todos lados.

Padre—me estremecí al escuchar su voz—. ¿Me llamabas?

Se encontraba al final del salón recargado en una gran columna cerca de los ventanales. Todos los presentes se giraron e inclinaron ante él formando un pasillo para qué el pasara hacia donde nos encontrábamos. Ahora lo vi con mejor claridad. Vestía como su padre, sólo que tenía menos medallas y estrellas adornando su uniforme, el cual, era ligeramente diferente al de su padre que mientras estaba adornado por una hilera de botones de oro el del príncipe tenía dos hileras de botones dorados haciendo el saco más largo, no traía espada y su caminar era lento pero seguro, había un rastro de pereza en ese apuesto hombre.

Llego donde su padre, se quitó la máscara y se inclinó.

Hijo mío—lo abrazó—Ve cuanto has crecido.

No hagas esto, papá—lo escuché gruñir en voz baja—. Sabes lo problemático que es arreglarme el uniforme.

Tomó a su hijo de los hombros y lo hizo subir al trono. Todos los presentes miraban hacia nosotros, la mirada de las damas se concentraba en los dos hombres que estaban ante ellas mientras que las miradas de los caballeros podrían muy bien acabar con nosotras en un parpadeo, Yoshino se puso de pie e imité el gesto.

Ha llegado el momento de presentarte, cariño

Asentí y tomé demasiado aire.

Quiero presentarte a ti y a la corte a tu futura esposa—ambos voltearon. El rey extendió su mano ante mí provocando que los invitados voltearan hacia mi presencia. Tomé su mano y me incliné. Me llevo hacia el frente. El príncipe se inclinó ante mí y tomó mi mano.

Yo lo haré padre—caminamos un poco hacia el frente, el rey se reunió con la reina. Todo estaba en absoluto silencio. Shikamaru me miro—¿estas lista? —murmuró. Le sonreí—Ante todos ustedes respetables presento—me tomó de la cintura y me giro hacia la corte—La heredera del glorioso reino de Sunagakure, su Alteza Real la princesa de Suna Sabaku No Temari, mi futura esposa.

Me erguí y la corte entera se inclinó, por respeto imité a medio el gesto como era debido. Solté todo el aire acumulado y dejé de sentir nervios, vi a mi hermano entre la corte y le sonreí de la misma manera en que él a mi, con orgullo.

Su alteza—Shikamaru me llamó—¿me concedería un baile?

Será todo un honor Alteza—Me incliné y caminamos hacia el centro del salón. Los invitados nos abrieron espacio y bajo las atentas miradas detrás de las máscaras la música empezó. Me tomó de la cintura y yo del hombro, enlazamos las manos y comenzó la música, un vals lento, nuestros cuerpos comenzaron a moverse al ritmo de la música, de un lado a otro, marcando un hermoso compás en los movimientos de nuestros pies.

La música comenzó a aumentar y con ello nuestro ritmo, dimos varias vueltas ante los sorprendidos ojos de los invitados, nuestro baile no era uno tradicional, eso lo había notado desde que la música empezó, era diferente, era nuestro, por más extraño que parezca era muy nuestro, giramos varias veces seguidos de la música. Sin dejar de mirarnos era como si nadie más estuviera presente en la habitación. No sé qué demonios está pasándome, no lo conozco y lo quiero conmigo, hay algo en su mirada que no me permite apartarla. Demonios, ni siquiera estoy respirando bien.

Pero me siento segura, por alguna razón me siento segura ante su mirada.

La música termina y ambos nos miramos, hacemos una reverencia ante el otro y entonces los aplausos estallan por toda la enorme habitación trayéndome a la realidad de la que me había perdido por culpa de sus hermosos ojos.

Sí que ha sido un placer—me dice él tomando mi mano para depositar un suave beso.

El placer ha sido mío—le sonrío y él da la orden de que la música continúe para los invitados.

Acompáñame—asiento y le tomo el brazo—quiero hablar algo contigo.

Llegamos a donde sus padres y después de una breve charla me llevo a uno de los pasillos con demasiada sutileza para que nadie nos viera. No me molestaba el hecho de que quisiera ocultarme, realmente yo tampoco quería chismorreos de la corte, era suficientes los que alguna vez tuve en Suna con los del servicio.
Llegamos a un pequeño jardín que colindaba con uno de los fuertes del castillo, a pesar de llevar poco tiempo en el castillo, la reina se había empeñado a llevarme de un lado a otro, de habitación en habitación y creía conocer también todos los jardines, pero este jamás lo había visto.

Había varios árboles que derramaban sus sombras sobre las rosas rojas y blancas que adornaban la jardinera pegada a la pared, y con él también el laurel coronado de bayas. A un costado unos hermosos ventanales de piedra gris enmarcaban el lugar que con la luz de luna le daba un toque místico

Ven, es por aquí—me tomó de la mano y me arrastró hacia un árbol enorme.

Oye—me quejé—¿A dónde me llevas?

Mujer, sólo cállate y sígueme

Bufé y guardé silencio, miré atentamente el gran árbol, detrás de este había una gran plante de enredadera que tenía consigo muchas y diminutas flores. Él me soltó y comenzó a mover la enorme enredadera. Me quedé asombrada cuando vi que era una puerta falsa, él se giró y me sonrió tomando mi mano nuevamente me arrastró hacia la puerta que acababa de ser descubierta.

El paisaje era hermosísimo. Imagínate un anfiteatro inmenso, como sólo la naturaleza puede crear. Una extensa y abierta llanura rodeada por montañas, montañas que tienen sus cimas cubiertas por antiguos bosques de altos árboles. Desde las cumbres bajaban por sus laderas bosquecillos de árboles maderables, en medio de los cuales pude ver había colinas fértiles y cubiertas de una abundante capa de humus—pues no era fácil encontrar roca alguna aunque la buscaran mil hombres—que no ceden en riqueza a los campos más llanos, los prados, floridos y brillantes como tachonados de gemas.

Dios... —lo miré emocionada—Pero...

Es mi lugar secreto—suspiró—. Es aquí donde vengo cuando quiero huir de mis padres.

¿Por qué me has traído aquí?

Algún día tú también vas a querer huir de ellos

Comenzamos a reír

Vamos, no son tan malos—me agaché y tomé una planta muy graciosa, pequeña y verde que sólo tenía cuatro hojas, me acerqué a él—¿Qué es esto?

¿Nunca los habías visto? —me miró dudando.

¡Por supuesto que no! —recriminé—¡Suna no tiene tanta vegetación, esta flora y fauna sólo Konoha, deberías saberlo!

No grites, mujer—puso los ojos en blanco

Dime

Es un trébol—me miró con sorpresa—Un trébol de cuatro hojas

¿eso es algo anormal? —me sonrió

Claro que no.

Me tomó de la mano y me llevó a una banca de piedra caliza. Nos sentamos y me quitó el trébol.

Verás, los tréboles son plantas de tres hojas muy bellas para la decoración de otras flores aún más bellas, como rosales así como ves ahí—me señalo un conjunto de rosales rosas y blancos—Pero los de cuatro hojas son muy especiales

Por favor Shikamaru, termina el suspenso.

Verás, los de cuatro hojas—miró hacia la planta—muchos sabios han discutido que generación del cuarto foliolo está causada por razones genéticas o ambientales. Su rareza sugiere un gen recesivo posible que aparece con baja frecuencia. Alternativamente, los tréboles de cuatro foliolos podían ser causados por mutación somática o un error de desarrollo de causas ambientales. Podrían también ser causados por la interacción de varios genes que se segregan en la planta individual. Es posible que las cuatro explicaciones podrían aplicarse a los casos individuales.

Vaya, creí que era algo normal.

No, no lo es—continuó—Y eso no es todo.

¿Aun hay más?

Sí, pero eso te lo diré después

Arrogante.

Me volví a perder en el paisaje, era tan hermoso, todos esos prados llenos de vida. Me puse de pie y comencé a caminar rápido ya iniciando el trote me tomé los pliegues del vestido y comencé a correr

Oe, oe—lo escuché gritar—¿A dónde vas? ¡Temari!

Solté una carcajada

¡Corre más rápido, vago perezoso!

¡Naruto me las va a pagar!

No podía dejar de reírme, me detuve frente a la maravilla de naturaleza que me había hecho correr hasta dejarme sin alientoEl río, navegable, corría a través de los campos, el agua era espumosa y clara, se podían ver, a pesar de la oscuridad y por la bella luz de luna los pequeños peces, sin duda este paisaje desde un altozano no parecería real, es como si estuvieras contemplando no un paisaje real, sino una pintura de excepcional belleza: esa variedad, esa armonía existente en cualquier sitio adonde dirijas la mirada, reanima el espíritu.

Shikamaru me alcanzó y se recargó en un árbol jadeando.

Oe—gimió—¿Eres una princesa o una guerrera atlética?

Eres muy lento—me giré y le sonreí—Realmente lento

¿Cómo has corrido con tanto encima y esos zapatos mortales que usan ustedes las mujeres?

Secretos de mujeres—me concentré de nuevo en la corriente del río—. En Suna jamás había visto uno de estos, así, naciendo de la nada para en verdecer y dar belleza a un bosque.

Sentí su mirada en mi espalda, me giré pero él ya se acercaba hacia mí, sacó mi máscara y me la puso. Extrañada ante el gesto lo miré y él también se ha puesto la suya.

Dime algo—tomó mi mentón y se acercó a mí despacio. Mi cara ardía demasiado.

¿Q...qué?

¿Te gusta esto? —no paraba de acercarse despacio hacia mi rostro, estábamos a milímetros de tocarnos, sus ojos clavados a los míos—¿Te gusta estar aquí?

Me gusta

Ante mi respuesta él sonrió de lado y me derretí. Cerré los ojos cuando sentí sus labios pegándose despacio contra los míos. El tiempo se detuvo. Sus labios tanteaban los míos, un gesto que fue delicioso, su cuerpo se pegó al mío y cruce mis brazos por su cuello al tiempo que los suyos se apoderaban de mi cintura. Ahora solo puedo detenerme a pensar en la ansiedad que durante ese beso se acumulaba en mi vientre, en esa sensación de cosquilleo que se fue derramando por mi cuerpo, en como mi mente se subía a una nebulosa donde lo único que sería capaz de percibir es el calor de su cuerpo contra el mío, de cómo la calidez de su respiración quemaba mi boca y de cómo mi alma sonreía nerviosa por el beso que él me estaba dando.

Bienvenida a Konoha—se separó, sonriéndome se fue separando de mí sin soltarme. Desviamos la mirada hacia el río—y esto no es nada. Aun no te muestro el bosque de mi familia.

¿Tu familia tiene un bosque?

El clan Nara no sólo es parte de la corte más escandalosa y pomposa de Konohagakure, también tiene propiedades y la que más me gusta de esas es el bosque Nara—me miró—. Después te llevaré, por ahora debemos irnos—me tomó de la mano y comenzamos a caminar—. Si mi madre no nos ve en la fiesta enviará a Naruto y Lee por nosotros.

¿Ellos saben de este lugar? —pregunté mientras nos acercábamos al banco y tomaba el trébol

Claro que no, pero no quiero que nos encuentren en los pasillos—bufó—Naruto es muy malpensado y no quiero que piense así de ti.

Entiendo—entramos y caminamos por los pasillos, llegamos al gran salón y nos dispusimos a saludar a todos los que se acercaban con nosotros.

La velada transcurrió magnifica, en algún momento de la noche Shikaku me invitó a bailar, conversamos un poco y lo que más llamó mi atención fue su comentario sobre que Shikamaru no dejaba de verme. Bailé con Naruto y con el Duque Minato para finalmente regresar a la pista de baile de mano de mi futuro esposo.

Estoy cansada—miré a Shikamaru con cansancio.

Espera—me guio hacia sus padres, noté que les hizo una señal y nos retiramos.

¿Qué fue eso?

Cosas de hombres—caminamos en silencio hacia mi habitación. La presencia de Shikamaru era cómoda, no hacía falta hablar entre nosotros, sabía que de momento no era tan necesario, no después de la forma tan estrepitosa en la que nos conocimos. Llegamos a mi habitación y él abrió la puerta haciéndome pasar—. Descansa, mañana será un día largo.

Eso haré—mi aliento se cortó cuando se acercó de nuevo y me dio un corto beso en los labios.

Me sonrió y se dio la vuelta, levanto la mano para despedirse pero se detuvo.

Me alegra que hayas sido tú—me miró de reojo—A pesar de lo problemática que eres, sé que no eres una cabeza hueca y eso es lo que necesitaba.

Cierra la boca, vago.

Lo escuché reír por lo bajo y caminar hasta desaparecer por los pasillos. Esa noche dormí como una idiota sin dejar de sonreír. Mañana regañaría a Tenten por no haber venido conmigo esta noche ¿Dónde se habrá metido?

...
Hola a todos, ya es sábado y aquí el capítulo.
Les prometo que el con el pasar de los capítulos se pondrá mejor, no descarten a Tenten porqué tendrá un papel muy relevante en esta historia.
 Espero sus comentarios los cuales me dan aliento para seguir escribiendo.
Love u all
Ky
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